

Los músculos más débiles se ven fortalecidos, los acortados se alargan, ganando flexibilidad, fuerza y mayor movilidad articular. Previene y corrige defectos posturales y desequilibrios musculares, eliminando malos hábitos y llevando a la correcta alineación corporal.
Incrementa la capacidad pulmonar, la buena circulación y reeduca el suelo pélvico, tratando los problemas de incontinencia urinaria (es ideal para el embarazo y posparto). Facilita el contacto con el propio cuerpo y esquema corporal, mejora la concentración, la atención y el equilibrio. Elimina y disminuye los dolores de espalda y muchas cosas más.
Gracias al buen uso de la “respiración consciente” al ejecutar los ejercicios, conseguimos que la sensación al acabar una sesión de Pilates resulte energizante, lejos de sentirnos agotados nos sentimos renovados para poder hacer un uso más óptimo de nuestro cuerpo en el día día. Rejuvenece a nivel físico y mental.